Cuando llegué a casa esta tarde, escuché a mi esposo hablando con su sobrino. Le estaba contando cómo me dominaba. Según mi esposo, solo necesitaba el dinero para estar satisfecha. Esto claramente me cabreó, mi esposo cree que soy una mujer trofeo. Pero luego, en lugar de discutir con él, decidí vengarme de la mejor manera posible, es decir, teniendo sexo con su sobrino. Quería aprovechar esta oportunidad para enseñarle a este chico que una mujer no se conforma con el dinero, sino con un buen polvo. Así que me tomé la molestia de darle una buena lección durante el resto del día.
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