Ni él ni su vecina venezolana tenían planes para Nochevieja, no iban a pasarla con familiares ni nada por el estilo por aquello de la pandemia, así que bien podían hacerse compañía juntos, y ella bajó a su casa sin champán ni nada, y por no traer no traía ni condones. Y ni falta que hizo, en cuanto la tuvo allí toda caliente la arrastró a la cama para que le hiciera una rica chupada, y ya después de eso pues se le montó encima cual yegua desbocada y con ese vaivén de sus enormes tetas se lo cogió una y otra vez, y esta fiesta de Fin de Año prometía ser muy movida porque esta vecinita venía con ganas de comenzar el Año Nuevo bien.
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