Ella nunca tiene suficiente sexo, siempre quiere más


Marta siempre ha sido muy tímida. Detrás de grandes lentes redondos, parecía perderse durante sus estudios de secundaria. En la universidad, ya con un poco de confianza, comenzó a estudiar las artes dramáticas y su vida se convirtió en arte; fotografías, debates, innumerables pinturas, museos, pinturas, obras de teatro, esculturas. En este mundo, conoció a su amante, un profesor de historia y fotógrafo muy erudito que simplemente la hipnotizó; dondequiera que estuviera, en sus clases, su musa y en su habitación, era su deseo más delirante. Fue solo cuando la tocó que se calentó y cayó a sus pies. A Marta le gusta gritar, gemir, temblar y mojarse con él; ella nunca se cansa de eso.