La puta de mi prima, Lana Red, tiene unas tetas enormes que siempre me ponen dura la polla. Desde pequeña tuve fantasías sobre sus pechos. Cuando fui a visitar a mi tía, la vi sin sostén y tuve que ir al baño rápidamente para revisar mi erección. Creo que sabía que la quería, porque en cuanto cumplió la mayoría de edad, me llamó para follar. Fue como mi regalo de cumpleaños. Y la he estado follando desde entonces. No tanto como me gustaría, pero siempre que puedo, me complace con sus tetas naturales perfectas. Las llena de aceite y me hace una paja que me deja con ganas de más cada noche. Me masturba con las manos y las tetas y completa la diversión con una mamada. Un tratamiento de lujo.
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