Un buen polvo como regalo sorpresa


Mi novia sabe que lo que más me gusta es el sexo. No hay mucho en qué pensar para complacerme. Entonces me da lo que me gusta y en grandes cantidades. Antes del día de San Valentín me había ignorado. Lo había hecho a propósito, toda una semana sin sexo. Me estaba volviendo loco. Pero la verdad, es que quería que el sexo fuera más intenso y ansioso, por lo que no nos vimos durante esa semana hasta el 14 de febrero. Ese día llené la habitación de rosas y me esperó completamente desnuda en la cama. Su coño se mojó tan pronto como me vio. Corrí a la cama para meter su polla dentro de su chochito. El plan funcionó, el deseo de follar era desesperado. No podía quedarse un segundo más sin beber toda mi corrida.